Soneto nº 16

 

Rompen sobre las rocas mansamente,

en nieve desatada en un instante,

de turquesa las aguas y diamante,

del sol robando el brillo refulgente.

 

Braman, el cielo hiriendo intensamente,

de Eolo ecos, ruido amenazante,

y el sol junto al abismo, agonizante

cae, cediendo a la luna lentamente.

 

En ímpetu colérico los mares

cual leviatán las olas han alzado

agitando del mundo los sillares

 

y de la costa, muro quebrantado,

lamen, baten y arrasan los lugares

donde, seguros, hombres han morado.

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