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Mostrando entradas de julio, 2022

Romance del peregrino

  Peregrino que caminas del mundo por blandas sendas y con polvo en las sandalias y provisiones escuetas buscas en tu corazón lo que jamás fuera encuentras. Besa, ¡oh noble peregrino! su imagen, que aquí la llevas arrugada en vuestro sayo y esclava de tus cadenas. Reza, ¡oh sabio peregrino! porque en tus brazos la tengas de la cintura ceñida de un río en la ribera; yaciendo entre margaritas y amapolas lisonjeras tendidos sobre la hierba al sol de la primavera. ¡Triste de ti, peregrino! Pues de ella lejos te encuentras, por tierra extraña caminas, por selvas y abruptas sierras. Llegará el día dichoso en que al fin consigas verla pero hasta entonces caminas, caminas por tristes tierras.

Galameith: Yo, Galameith

III. Yo, Galameith             Por primera vez en mucho tiempo podía dormir tranquilo, seguro de que la criatura no irrumpiría en mi descanso. Podría retomar mis paseos, volver a cuidar mi paladar con manjares exquisitos y, sobre todo, me quitaría de una vez por todas la terrible fama que me acompañó desde que me encontré con Galameith. Aquella noche descansé como no lo había hecho en semanas, tan solo perturbado por las ligeras ráfagas de viento que soplaban en el exterior. A la mañana siguiente, tomé los pocos alimentos que quedaban en mi despensa y salí a la calle con total despreocupación. Era una preciosa mañana, el sol comenzaba a alzarse en las alturas y bañaba con su luz a toda Emerald City. La gente, alegre y bulliciosa, se arremolinaba alrededor de los puestos de comida, dispuestos a reponer sus energías para afrontar sus duras jornadas de trabajo. Yo, por el contrario, podía dejar pasar el tiempo, dedicándome a disfrutar de los últimos días de mi larga vida.            

Galameith: El extraño caso de Lambert Wade

  II. El extraño caso de Lambert Wade             La ciudad había sido sacudida por una oleada de inusitadas desapariciones. La preocupación crecía y crecía hasta el punto de que los niños ya no revoloteaban alrededor de mi ventana, cosa que habría agradecido de no ser por la causa que lo había provocado, cuya razón era para mí tan evidente que no podía evitar sentirme frustrado por no poder mostrarle a los demás mis descubrimientos. Todos los casos compartían una única característica en común: antes de desvanecerse, las víctimas habían compartido extrañas fabulaciones además de desarrollar conductas erráticas.             Yo, mientras tanto, permanecía en mi hogar todo el tiempo posible, enfrascado en mis lecturas. Sin embargo, no había vuelto a abrir el desconcertante libro de cuero negro. Estaba tan asustado de su abominable naturaleza que lo mantenía guardado bajo llave en un baúl. Por las noches, en los momentos más silenciosos, cuando tan solo las estrellas y la fauna nocturn

Galameith: La sombra de Bourbon Estate

  Emerald City, 12 de junio de 2350 I. La sombra de Bourbon Estate          Durante los años de mi juventud me vi expuesto a horrores innombrables; la clase de sucesos que solo pueden verse cuando te sumerges en las retorcidas y enajenadas mentes de los saqueadores, deformadas por el uso prolongado de las más abyectas sustancias. Limpiando sus campamentos descubrí tales cosas que provocarían el desmayo de cualquier persona civilizada. Fue tanta la maldad y la crueldad que vi que, una vez hube terminado mi servicio, decidí no volver a salir de los confines de mi amada Emerald City. Conseguí así, renunciando a la sed aventurera propia de la juventud, acaparar más años de los que la mayoría de gente puede presumir.             Invertí todo mi esfuerzo en levantar mi propio negocio, una pequeña lavandería ubicada cerca del Colonial Inn, en la parte más bulliciosa del poblado. Trabajé con ahínco hasta que los males de la vejez comenzaron a anquilosar mis manos, encorvar mi espalda y d